Ésta es la história de un chico normal. Considera que para su edad tiene una estatura normal, un grupo de amigos normal y estudia en un instituto normal dónde saca notas normales. Dice que nadie se puede reír de él porqué es tan normal que sus defectos pasan desapercibidos, todos se fijan sólo en lo que hace bien.
Allí están insultando a un chico por ser negro. Cuando la disputa ha terminado, el chico normal se acerca a la víctima y le dice que no haga caso a la gente de ése tipo, porqué son unos racistas e intolerantes. «Todos deberían de ser cómo yo, —piensa—normales y tolerantes».
Más adelante se encuentra la niña tímida que va a su clase y que raramente abre la boca. «Pobre, yo no podría ser cómo ella. Todo el día tan callada». Está pensando en acercarse y decirle que hable más y que no sea tan rara. Pero no lo hace, y no porqué piense que no es algo de su incumbencia, no. No se acerca porqué cree que si habla con ella bajará su reputación de chico normal.
Ésta tarde ha quedado con sus amigos en el bar dónde van siempre. Sabe que les cae bien, por ser lo que es: alguien normal. Hablan, beben un poco, hacen sus chistes,... y de repente se acuerda de la chica tímida. «Menudo bicho raro hay que ser, por no salir de copas y no tener ningún amigo para hacerlo». Unas mesas más adelante de dónde se encuentran él y sus amigos, una pareja de chicos se están besando.
—Mirad a ésos dos —dice—. Hay que estar enfermo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario